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Andrés Echeverría, coordinador técnico: La promesa detrás de este proyecto es potente, es la incidencia.


La iniciativa que levantará las violencias que viven niños, niñas y adolescentes (NNA) de la región del Biobío y, a partir de ahí, impulsará políticas públicas, se encuentra en su etapa de pilotaje teniendo una positiva recepción por parte de autoridades, docentes y estudiantes.

Una nueva forma de construir políticas públicas es lo que busca el proyecto “Ahora tienen que escucharnos – Ideas para convivir”, financiado por el Gobierno Regional del Biobío y desarrollado por la Fundación Horizonte Ciudadano que está teniendo una gran aceptación y una legitimidad muy valiosa de parte de autoridades, docentes y estudiantes, según Andrés Echeverría, coordinador técnico del proyecto y psicólogo de la Universidad de Chile, con formación y amplia experiencia en intervención social en niñez y adolescencia, el diseño e implementación de políticas públicas para la niñez.

“La aceptación se vio en cada espacio de trabajo que tuvimos estos primeros meses, donde la acogida fue siempre positiva. Fue una respuesta de compromiso desde el primer día y de entender lo valioso que es un proyecto de estar características para quienes creen en la participación real. Lo vimos de parte de autoridades públicas, de organizaciones de la sociedad civil, de consejeros regionales y de los propios niños, niñas y adolescentes”, cuenta Andrés.

Ahora tienen que escucharnos posee varias características que lo ponen a la vanguardia de los proyectos de participación e incidencia…

-Sí. Es un ejercicio de construcción de ciudadanía, que tiene elementos un poco inéditos. El tema de escuchar a los NNA, no es muy frecuente y menos que esa escucha masiva vaya asociada al diseño de política pública. Además, los NNA participan en todas las fases del proceso, incluyendo el diseño, la implementación y la evaluación del mismo. Eso hace que sea bien pertinente.

Y también tú destacas mucho el foco que tiene en su representatividad territorial tanto de la región del Biobío en general, como de sus provincias.

-Es que esa característica ha sido muy destacada por quienes participan de este proyecto. Esa diversidad territorial está haciéndose cargo de la pregunta sobre la diferencia. Eso aporta una enorme riqueza a la información y a las oportunidades que esa información da para que las soluciones sean territorialmente pertinentes. Sabemos que muchas veces las realidades son diferentes entre Santiago y las regiones, pero también ocurre esto a nivel intrarregional. Por eso el Gore recibe este proyecto con especial entusiasmo. Hay una posibilidad de escucha, de construcción de ciudadanía que es desde la diversidad. Ahí yo creo que además, el proyecto logra atender simultáneamente a otros intereses públicos; abrir espacio de escucha sobre violencia, y también una experiencia de formación ciudadana. Eso es de interés para Educación y Desarrollo Social, por nombrar algunos ámbitos.

¿En qué etapa se encuentra actualmente el proyecto?

-Estamos en etapa de pilotaje. Terminamos de presentar la primera versión de la metodología a grupos de profesores, profesoras y directores de establecimientos educacionales en tres colegios de las comunas de Concepción, Lota y Arauco. Este proceso ha tenido una muy buena recepción, donde nos han confirmado que la metodología propuesta es amigable, está bien ajustada a lo que las y los profesores hacen y da cumplimiento también a los objetivos curriculares de los establecimientos, entre otros atributos. Pudimos ver lo que pasaba en aula y el tipo de respuesta a los instrumentos mismos. Ahora empezaremos a hacer un trabajo más directo de difusión e invitación a los establecimientos a sumarse.

En el lanzamiento participaron más de 150 niñas, niños y adolescentes de 10 comunas del Biobío. ¿Cómo están trabajando para seguir llegando a diversos puntos de la región?

-El apoyo del Gobierno Regional del Biobío ha sido clave para poder generar una red de apoyo compuesta por una gran variedad de actores sociales. Asimismo, la Mesa Consultiva conformada por autoridades, NNA y representantes de la sociedad civil, también nos ha permitido ir creciendo en número de establecimientos interesados. La Seremi de Educación, los jefes provinciales y el Servicio Local de Educación Andalién Sur nos han prestado valiosa colaboración. Pero también queremos llegar a los centros particulares y particular subvencionados de las 10 comunas que componen el proyecto, porque esto significa representar al 70% de los NNA de la región. Por eso nos vamos a reunir con directores y directoras de establecimientos y además vamos a hacer un proceso amplio con centros de alumnos. Queremos invitarlos a todos. Luego de esa invitación, sigue un trabajo de capacitación de actores clave para presentar la metodología y asegurar una buena implementación.

Otro de los atributos que se destaca mucho sobre este proyecto es que además de arrojar una serie de conclusiones respecto a las violencias que viven los NNA del Biobío, también contempla una serie de propuestas para que las autoridades construyan política pública…

-Sí, La promesa detrás de este proyecto es potente; es la incidencia. Desde un enfoque de derechos, la participación no es completa si no se dan garantías de que se está escuchando. Aquí hay un proceso deliberativo, una encuesta, una metodología, diversos espacios de discusión y de negociación colectiva. En este proyecto los niños, niñas y adolescentes saben desde el principio que las opiniones que ellos expresan se traducen en acciones concretas.

Dicho lo anterior, si tuvieras que hacer una invitación ahora a los NNA y también a las autoridades de los establecimientos educacionales para que se sumen a Ahora tienen que escucharnos, ¿cómo sería?

-Les diría que es una tremenda oportunidad para reforzar el valor de la participación, para poder construir ciudadanía, y fortalecer la cohesión social. Cuando cualquier persona se siente parte de las decisiones que se toman, uno se siente más responsable, se apropia de esa decisión. Nos pasa a todos que tantas veces sentimos que no somos parte de las decisiones, de lo que pasa a nuestro alrededor, sentimos que no tenemos nada que ver. La invitación es a que los NNA se sientan parte. Es bonito pensar que los estamos invitando a ser parte de decisiones importantes para la región.

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